"...si este libro es tan corto, confuso y discutible, es porque no hay nada inteligente que decir sobre una matanza. Después de una carnicería sólo queda gente muerta que nada dice ni nada desea; todo queda silencioso para siempre. Solamente los pájaros cantan.
¿Y qué dicen los pájaros? Todo lo que se puede decir sobre una matanza; algo así como ¿Pio-pio-pi?"

Kurt Vonnegut. Matadero cinco o la cruzada de los niños.

"...para que pueda ocurrir lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible..."

Herman Hesse.

"La vida es así, llena de palabras que no valen la pena, o que valieron y ya no valen, cada una de las que vamos diciendo le quitará el lugar a otra más merecedora, que lo sería no tanto por sí misma, sino por las consecuencias de hacerla dicho."

José Saramago. La Caverna.

"La guerra la hacen jóvenes que no se conocen y no se odian, pero se matan. La guerra la organizan viejos gordos que se conocen y se odian, pero no se matan."

Daniel Alegría, o Erik Flakoll.

"...si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice, y todo,
y en la calle codo a codo somos mucho más que dos..."

Mario Benedetti.

jueves, 26 de enero de 2012

Wanderin´ around with the Lizard King.

Abando, lotura Renfe tranbiarekin...”

            ¿Cómo puede una voz sonar tan absolutamente vacía de contenido humano? Imagino a la locutora del metro como a una de esas modelos construidas a partir de un molde de escayola, todas iguales, tan vacías como un tambor, con la misma calidad emocional que una moqueta.

            Efímero pensamiento desechado prácticamente al nacer, contrapuesto a este otro: cualquiera sabe lo que pensará la gente que oye mi voz a través del teléfono por primera vez.

            Supongo que esta parte de la narración es un totalmente innecesario ejercicio de vacía prosa que no lleva a ningún lado, que sólo muestra el diminuto ir y venir de un ceniciento personaje de vida común, pero en este colorista contexto es legítimo; continuemos, por tanto...
           
            El gesto parece casi guiado por un automatismo: el último peldaño bajo techo de la escalera de la estación de metro dispara un resorte que guía al mechero que espera desde hace 18 escalones en mi mano izquierda, incendiando la punta de un Pueblo liado entre las estaciones de Etxebarri y Casco Viejo. Soy bastante lento liando tabaco, lo sé, ¿Para qué tener prisa?