"...si este libro es tan corto, confuso y discutible, es porque no hay nada inteligente que decir sobre una matanza. Después de una carnicería sólo queda gente muerta que nada dice ni nada desea; todo queda silencioso para siempre. Solamente los pájaros cantan.
¿Y qué dicen los pájaros? Todo lo que se puede decir sobre una matanza; algo así como ¿Pio-pio-pi?"

Kurt Vonnegut. Matadero cinco o la cruzada de los niños.

"...para que pueda ocurrir lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible..."

Herman Hesse.

"La vida es así, llena de palabras que no valen la pena, o que valieron y ya no valen, cada una de las que vamos diciendo le quitará el lugar a otra más merecedora, que lo sería no tanto por sí misma, sino por las consecuencias de hacerla dicho."

José Saramago. La Caverna.

"La guerra la hacen jóvenes que no se conocen y no se odian, pero se matan. La guerra la organizan viejos gordos que se conocen y se odian, pero no se matan."

Daniel Alegría, o Erik Flakoll.

"...si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice, y todo,
y en la calle codo a codo somos mucho más que dos..."

Mario Benedetti.

domingo, 29 de mayo de 2011

Sólo carne, pero corrompida...

Mierda puta, me hierve la sangre...

No me gusta repetirme; muchas veces parezco un plasta que habla una y otra vez sobre lo mismo, que da vueltas y vueltas a las mismos hechos, pero, de nuevo, he de repetirme...

Me hierve...

Supongo que esto será bueno; durante cuatro posts seguidos he olvidado lo jodido que estoy; he dejado de lado mis historias de reconstrucción, concentrándome en cosas supuestamente más importantes...

Este será el último que escribo sobre esto. Dada la actitud de los políticos hacia el tema, unos intentando apropiarse de él y otros ni siquiera dándose por aludidos, pienso que empieza a apestar. No se puede obviar la opinión de tanta gente, ser tan ciego, pensar que todos nosotros, médicos, ingenieros, funcionarios, albañiles, policías, todos, somos sólo gentuza que ha decidido tomar la calle porque somos radicales, porque no creemos en la democracia, porque queremos coaccionar a algo al resto de la sociedad...

La verdad es que algo de razón no les falta. Hace tiempo que no creo en nuestra idiocracia, y, desde luego, me gustaría poder coaccionar al amplísimo resto de la sociedad a que deje de pensar en lo bueno que está Cristiano Ronaldo y empiece a ver otras cosas...

Al grano, coño. Esto es fácil de explicar, no debería llevarme demasiado tiempo.

martes, 24 de mayo de 2011

¿Resaca?

Sí, resaca.

Una de las palabras que más utilizo. Una de las circunstancias que más me acompaña. Casi cada viernes, sábado y domingo. Me imagino que estoy levemente influido por el estilo de vida del viejo hijo de la gran puta, Bukowsky…

Hay muchas personas que no saben lo que es una resaca. Algunos no han bebido jamás. No han conocido la alegría que produce el compartir unas cuantas buenas botellas de crianza y un chuletón con personas a las que aprecias. Tampoco tienen ni idea de lo que puede aportar el estar por ahí hasta altas horas, por el casco viejo, diciendo estupideces a diestro y siniestro. Otros confunden con una fiesta un acto tan vulgar y cotidiano como equivocarse de partido en el que depositar tu confianza, o fiar un futuro que sólo tú puedes cambiar a un ser corrupto y hambriento de poder...

La fiesta, madre soltera de la resaca…

sábado, 21 de mayo de 2011

Inútil, pero crucial.

            Me es imposible abstraerme…

Supongo (uso demasiado esta palabra, nunca estoy seguro de lo que afirmo) que debería estar escribiendo sobre la felicidad, ese puñetero sendero retorcido y embarrado tan difícil de seguir; casi siempre cuesta arriba, con sus bajadas tan empedradas que a veces da miedo lanzarse; dan vértigo…

Tengo aparcado un post sobre mi vida que me parecía importante publicar, pero, como ya dije en el anterior, mi línea de pensamiento no es demasiado consistente. Las pequeñas cosas de la vida van ocurriendo; entre todo lo que haces y te parece importante, entre poner un disco de los Doors e ir a un concierto por la noche, entre comida y comida, entre una cita con una chica y un paseo con el perro, tu vida va transcurriendo...

Mientras trabajas, respiras, sueñas, haces la digestión, orinas en una esquina mientras otro borracho te cuenta un chiste...

            Los demás viven también.

Todos esos minúsculos movimientos de la aguja del segundero que hacen que, de manera imperceptible, las arrugas que llevas bajo los ojos vayan haciéndose más profundas, consiguen también que olvides lo que para tí era importante, y apuntes otras motivaciones en un lugar más alto de tu lista...

Por ello, de nuevo, he cambiado el post que iba a escribir.

jueves, 19 de mayo de 2011

No todos son intocables...

Después de la desolación del primer post, he llegado a la conclusión más simple:

            Esto continúa. Al menos para algunos…
           
Para mí, es como si lo hiciese a cámara lenta.
           
Pero aquí estamos; pollinos amarrados al carro de nuevo.

            Tenía pensado escribir sobre otra cosa; seguir contando cómo veo las cosas desde mi retorcida óptica, a través del turbio filtro que la insatisfacción hace aparecer ante la vista; pero a veces, como ocurre a todo obsesivo-compulsivo sin medicar, mis líneas de pensamiento se interrumpen súbitamente, cortadas por una cuchilla inexistente, dejándome detenido un momento, y llevándome después en otra dirección, más desastrosa aún que la anterior...

            Para este post, he roto una de las primeras ridículas normas mentales que me impuse al escribir este blog: no leas periódicos, no veas informativos, no hables sobre el mundo en general, no caigas en esa mierda que la gente comenta, porque a tí te la sopla lo que ocurra en el planeta tierra…

            Supongo que no era verdad, que no me la soplaba todo.

            Comencemos, pues…

domingo, 15 de mayo de 2011

Ground control to Major Tom...

Los que ya han tenido contacto con mi forma de transcribir lo que me ocurre, saben de sobra que nunca comienzo de la manera obvia; siempre rodeos, siempre explicar mucho más de lo estrictamente necesario, siempre un ladrillo infumable de varias páginas dando vueltas sobre lo banal para al final llegar a lo verdaderamente importante…

Es lo que hay. Si vais a seguir leyendo es mejor que estéis prevenidos; tendréis que acostumbraros a mi particular forma de llegar al meollo…

Supongo que todos los comienzos son parecidos. ¿Sabéis exactamente dónde comenzó vuestra desgracia, vuestra fortuna, o la loca alegría, o despreocupación, o lo que quiera que sea que padezcáis? Podríamos intentar echar la vista atrás, muy atrás, hasta aquel día en el que, sin el más mínimo intervenir de nuestra patética voluntad, salimos al frío de este mundo. Es un mal momento, la verdad. Ni preparación, ni manual, ni una mínima indicación de qué cojones hacer, nos sueltan y, ante la súbita incomprensión del medio, ante ese terror que nos cala hasta los huesos, ante la hostilidad creciente que notamos cuando nos cuelgan de los pies y la enfermera nos da las dos primeras hostias, “toma, para que espabiles” (será hija de puta, la tía), sólo nos queda lo consecuente: llorar. Con el llanto indicamos que estamos vivos, el llanto es lo primero que el mundo oye de nuestras gargantas. La inmensa mayoría de los seres no llega a salir del todo de ese estado: la vida es para muchos una queja, un lagrimeo continuo…